Ayudas que facilitan el acceso a una vivienda

El Gobierno impulsa, entre otras, subvenciones generalizadas al alquiler, la compra e incentivos para los promotores de pisos en régimen de arrendamiento. Noticia  publicada por el periódico El Mundo

El Gobierno presentó el pasado 4 de mayo el borrador del nuevo Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, el documento marco en el que se establecen las directrices políticas para el sector residencial. El ministro de Fomento -departamento del que depende el área gubernamental de Vivienda-, Íñigo de la Serna, hizo la puesta de largo de las líneas estratégicas y principales novedades de la hoja de ruta inmobiliaria fijada por el Ejecutivo para los próximos cuatro años.

Con respecto al Plan 2013-2016, prorrogado hasta 2017, las diferencias son importantes. A la vista de varias de las iniciativas, queda patente que el Ejecutivo es muy consciente de la complicada posición de los jóvenes en el mercado de la vivienda, tanto en el primer acceso en propiedad como en alquiler. El texto pone de manifiesto que Fomento presta «especial atención a los jóvenes», como se puede leer. Los mayores y los amenazados por desahucios, los otros principales destinatarios del Plan.

Por áreas, el Plan de Vivienda 2018-2021 vuelve a girar en torno a dos ejes fundamentales: el alquiler y la rehabilitación. Dos materias en las que España ha progresado mucho en los últimos años y que parece que el Gobierno pretende seguir potenciando en un momento en el que el sector inmobiliario está inmerso en un nuevo ciclo, que mira más allá de la vivienda en propiedad y de la nueva construcción. Para dar consistencia a sus planes en vivienda, el Ejecutivo ha diseñado una gran batería de ayudas.

El alquiler, el gran protagonista

A nivel general, el Estado pagará hasta el 40% del alquiler de una vivienda habitual con un precio de hasta 600 euros (o hasta 900 «en casos justificados») a los hogares con ingresos inferiores a tres veces el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem) -esto es, 19.170,39 euros anuales si se cobran 12 pagas y 22.365,42 si se reciben 14-. Como novedades, se elimina el límite de 2.400 euros al año y aumenta el plazo a percibir la subvención a tres años -actualmente, uno prorrogable a otro más-.

Por «casos justificados», De la Serna explicó en la presentación del Plan que se entienden los «lugares donde la cifra de 600 euros no encaja con la realidad del mercado». El ministro mencionó ciudades como Madrid, Barcelona o Ibiza.Además, en el caso de los jóvenes (menores de 35 años), la subvención al arrendamiento llega hasta el 50% de la renta.

La compañía Alquiler Seguro ensalza los nuevos pasos dados por el Ejecutivo en el mercado. Sobre todo, el incremento de 600 a 900 euros del coste máximo de los arrendamientos con opción de ayuda. «Creemos que este extremo es beneficioso, pero, como ha dicho el ministro, es una política que viene provocada por el cambio de tendencia en el coste de las rentas en muchos lugares», razona Antonio Carroza, consejero delegado de la firma. Éste solicita «simplificar la burocracia y adaptar los procesos a las nuevas tecnologías para evitar que pedir esta ayuda sea un lastre».

Más críticos sobre las ayudas al arrendamiento se muestran desde el Consejo de la Juventud de España (CJE), donde ven un error apostar sólo por subvenciones directas -«un flotador de dinero público al sector empresarial»- al considerar que éstas acaban subiendo las rentas. «Bajo la apariencia de la promoción del alquiler, se puede estar generando una subida de precios que lo haga aún más inaccesible para una juventud empobrecida», avisa Víctor Reloba, vicepresidente del CJE y responsable del Área Socieconómica.

El propio De la Serna salió al paso de las críticas en este sentido en la sesión de control al Gobierno en el Pleno del Congreso de los Diputados el pasado miércoles. El ministro de Fomento señaló que el Gobierno busca el «fortalecimiento» del mercado del alquiler e indició en que el nuevo Plan de Vivienda pretendeincrementar la oferta, por ejemplo, con las subvenciones a los promotores privados, lo que «ayudará a regular los precios».

Igualmente, los mayores de 65 años con ingresos inferiores a tres veces el Iprem podrán acceder a una ayuda de hasta el 50% de la renta mensual durante tres años si no tienen una vivienda en propiedad y su patrimonio es inferior a 100.000 euros. Además, los propietarios mayores que cumplan estos mismos requisitos disfrutarán de una subvención de hasta 200 euros al mes para los gastos de mantenimiento, comunidad o suministros de su hogar.

El Gobierno también articulará un programa de viviendas para mayores con el objetivo de impulsar la promoción de edificios y complejos residencialesadecuados, subvencionando su construcción. A estos pisos podrán acceder los mayores de 65 años, con ingresos inferiores a 4,5 veces el Iprem (28.755,5 euros si se tiene 12 pagas y 33.548,1 si se cobran 14), sin casa en propiedad y con un patrimonio inferior a 200.000 euros. Estos inmuebles tendrán que ser alquilados durante un mínimo de 40 años por una renta máxima de 9,5 euros mensuales por metro cuadrado útil.

Ayuda a los jóvenes para la compra

Por otra parte, la gran noticia para los jóvenes llega en forma de ayuda a la compra. Los menores de 35 años (en el momento de la solicitud) que decidan adquirir una casa, libre o protegida, recibirán hasta 10.800 euros, con un límite del 20% del valor el inmueble. Los beneficiarios deberán tener ingresos inferiores a tres veces el Iprem, no ser propietarios de otra vivienda y ocupar la vivienda subvencionada como residencia habitual durante un mínimo de cinco años.

Esta medida es aplaudida por la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), desde donde se destaca que el Ejecutivo ha diseñado un Plan «continuista, pero mejorado respecto al anterior y con una clara intención de fomentar el acceso a vivienda en alquiler y en compra para jóvenes». «Es importante que esta demanda pueda contar con una ayuda a la entrada de 10.800 euros, ya que muchos no tienen ahorros para hacer frente a las cantidades que no forman parte de la hipoteca», indica Daniel Cuervo, secretario general de APCE.«Aun así», prosigue, «nos parece insuficiente que las rentas que pueden disponer de esta ayuda no superen tres veces el Iprem, puesto que los precios de las casas son muy distintos en el territorio nacional».

Desde el CJE se celebra, en parte, esta predisposición del Ejecutivo ante los jóvenes. «El CJE considera positivo que el Gobierno recupere la iniciativa en una situación grave para la juventud como es la imposibilidad de emanciparse», afirma Reloba. No obstante, ve preocupante que no se extraigan lecciones de la crisis inmobiliaria y se vuelva a apostar tan fuerte por la compra, debido al elevado riesgo de endeudamiento a medio y largo plazo que genera. «Sería una condena y no una ayuda dar a nuestra generación un empujón económico a la compra para luego abandonarlos a toda una vida de endeudamiento bajo la amenaza constante del empleo precario», advierte Reloba.

Esta medida tampoco recibe la aprobación de Alquiler Seguro, que la se tilda como «desafortunada». «Los jóvenes no quieren adquirir una vivienda. Es un colectivo que reclama soluciones que sólo pasan por el arrendamiento», asevera Carroza.

La respuesta a estos reproches ha sido muy explícita por parte de De la Serna: «Por un lado, critican las ayudas al alquiler y, por otro, también las ayudas a la compra. No sé qué tipo de Plan de Vivienda quieren. Tratamos de ayudar a que la gente pueda acceder al mercado de la vivienda».

Parque público/privado de alquileres

Otra de las grandes apuestas del Gobierno, también relacionadas con el alquiler, pasa por la creación de un parque de pisos en este régimen de titularidad pública y/o privada. Aunque esta propuesta es un clásico en todos los planes de vivienda, ahora se introduce un cambio relevante: las ayudas podrán llegar al sector promotor privado. El Estado aportará hasta 350 euros por metro cuadrado útil, con un límite del 50% de la inversión y de 36.750 euros por vivienda, a las administraciones, empresas públicas o privadas, etc. que impulsen este parque. Estos inmuebles, con una renta tope de siete euros al mes por metro, estarán sujetos a 25 años a arrendamiento y se destinarán a inquilinos con unos ingresos de hasta 4,5 veces el Iprem.

Para los promotores, esta ayuda a la edificación de vivienda en alquiler es una de las medidas más significativas del nuevo Plan. «Es un incentivo sólido para atraer inversión siempre y cuando exista financiación a largo plazo», afirma satisfecho Cuervo.

En este sentido, el CJE defiende que es vital apostar por la vivienda social en alquiler porque España tiene un parque «ridículo» del 1,1%. Este organismo comparte que las ayudas a la creación del parque privado de vivienda vayan vinculadas a «topes máximos en los precios», pero cree que «es fundamental tener en cuenta las diferencias entre municipios y zonas». «Si no se toman medidas efectivas, seguirá empeorando la situación. Es el momento de ser contundentes y, en vez de reavivar un modelo fallido, sancionar tanto a los grandes tenedores de vivienda como incentivar para que aflore la vivienda vacía en alquiler, así como poner el parque de la Sareb en arrendamiento para garantizar el derecho a la vivienda», dice Reloba.

Potenciar (más aún) la rehabilitación

Junto al alquiler, el impulso a la rehabilitación para mejorar la eficiencia energética de las casas es otro gran pilar del Plan 2018-2021. En este apartado, las ayudas se amplían tanto en tipología como en importe. Ahora también llegarán a unifamiliares y la cuantía a recibir crece hasta los 12.000 euros en viviendas unifamiliares y 8.000 en plurifamiliares -importes que se incrementarán en 1.000 euros si el inmueble es un Bien de Interés Cultura (BIC)-, con un límite del 40% de la inversión con carácter general y del 75% para ingresos menores a tres veces el Iprem y personas con movilidad reducida o mayores de 65 años si las actuaciones se complementan con obras de accesibilidad. Los inmuebles objeto de ayuda deben ser anteriores a 1996 -en el Plan actual, 1981-, estar destinados en un 70% a uso residencial y el 50% de las casas (antes el 70%) ser domicilios habituales.

La Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma (Anerr)valora positivamente el Plan y la parte que afecta a su ámbito. José Carlos Greciano, secretario general de Anerr, espera que los trámites con todas las administraciones se agilicen para que pueda entrar en vigor en plazo y, sobre todo, que disponga de presupuesto. «El incremento del número susceptible de viviendas que pueden recibir ayuda -más de 18 millones-, debido a la ampliación de la antigüedad y a la disminución de porcentaje de uso, tiene que venir aparejado de una mayor dotación económica. En anteriores planes, esta partida se ha quedado corta y no ha habido fondos para cubrir la necesidad y dar subvención a todos los que cumplían los requisitos», recuerda.

Este experto en rehabilitación aboga, por otra parte, por la máxima transparencia de las ayudas a nivel administrativo y de gestión para que realmente tenga efecto. «Deberían plantearse mejoras que eviten la alta disparidad de ejecución en función de la comunidad autónoma y es necesaria una continuidad y certidumbre en cuanto a cuándo van a estar disponibles las ayudas», apunta. Así, aboga por «un plan con convocatorias continuadas y abiertas que transmita seguridad al ciudadano para que afronte sin reservas una rehabilitación».

Greciano también solicita que se concreten los mecanismos de concesión de préstamos por los bancos. «Estos tienen que funcionar de palanca de cambio para posibilitar actuaciones que, incluso teniendo subvenciones, no se llevan a cabo», señala, al tiempo que lamenta que se lleva mucho hablando de este problema, pero sin llegar a materializarse una buena solución.

En esta misma línea, el Ejecutivo lanza un programa de fomento de la conservación y mejora de accesibilidad en viviendas, tanto en bloque como unifamiliares. Al igual que para la eficiencia energética, pueden beneficiarse desde comunidades de propietarios a particulares pasando por cooperativas, empresas constructoras, etc. El importe de esta subvención asciende a 2.000 euros por vivienda si sólo se somete a trabajos de conservación y hasta 6.000 euros si la obra además mejora la accesibilidad (1.000 euros más si es BIC).

En este apartado, la regeneración y renovación urbana y rural es otra de las preferencias para el Gobierno. Los impulsores de estas actuaciones en un ámbito delimitado (a ejecutar en un plazo máximo de cinco años, actualmente tres) disfrutarán de un amplio paquete de ayudas a la rehabilitación, a la renovación o nueva construcción, a la urbanización, al realojo, etc. De nuevo, se flexibilizan los requisitos. Por ejemplo, se rebaja la cifra mínima de viviendas el ámbito a renovar de 100 a 50.

Según Greciano, esta regeneración urbana habría que dotarla de más ayudas específicas que permitan actuaciones en ámbitos mayores y con más criterios de ciudad. «Debería seguir incluyéndose en el Plan un programa de regeneración urbana para hacer las urbes sostenibles y competitivas, que existía en el anterior Plan y se ha eliminado», comenta.

Arrendamientos gratis para desahuciados

Otras medidas que aparecen en el borrador del Plan pasan por abonar las ayudas para el pago de las cuotas de préstamos convenidos de anteriores planes y un programa para personas con bajos recursos en riesgo de desahucio de su casa habitual. Para los segundos, el Gobierno pondrá pisos de la Sareb y de bancos en alquiler a su disposición. La renta de estos inmuebles irá de 150 a 400 euros mensuales y podrá ser cubierta al 100% durante dos años prorrogables.

Por el momento, Fomento no ha especificado ni cómo se pagarán las ayudas ni el presupuesto con el que contará el Plan. Desde el departamento de De la Serna tan sólo se especifica que «se flexibiliza la gestión» y las comunidades autónomas podrán abonarlas con la periodicidad que consideren y convocarlas en régimen de concurrencia competitiva o en procedimiento abierto. De esta manera,el documento presentando por el Ejecutivo parece un punto de partida base cuya aplicación aún está por perfilar.