Trabajar en la ciudad futura

Según nos dice el periódico El Mundo, para el año 2030 se llegará a un 60%, lo que supondrá 5.060 millones de almas viviendo en núcleos urbanos. Esto nos lleva a trabajar con más ahínco, y de manera conjunta, en la ciudad futura.

Las ciudades cobran cada vez más protagonismo en el mundo. Según nos indica la ONU, mientras en el año 1950 el 30% de los habitantes de la tierra vivía en ciudades, en 2015 ya era el 54% (3.960 millones de personas).

Para intentar dar respuesta a la ciudad venidera, se han organizado en Madrid una serie de jornadas de arquitectos e ingenieros de caminos. El pasado enero se celebró en el Colegio de Caminos una primera sesión de dichas jornadas, que se tituló ‘Construyendo hoy la ciudad del 2030’.

El martes 27 de febrero, y a la que en este post me refiero, se abordó la segunda jornada titulada ‘Trabajar la ciudad futura’. Se organizaron tres breves mesas redondas, formada cada una de ellas por un arquitecto y un ingeniero. En un constructivo diálogo abordaron los retos, las estrategias y las acciones necesarias para las urbes. Esta vez el lugar era el Colegio de Arquitectos, produciéndose así un simbólico cambio de anfitriones e invitados.

Retos

El decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, José María Ezquiaga, se refirió a los arquitectos e ingenieros de caminos como «dos profesiones centenarias, con muchas tareas comunes y especialización complementaria y, así mismo, concurrente. Por tanto, necesariamente obligados a entenderse». Añadiendo que «no en vano muchos de nuestros ancestros como Ildefonso Cerdá o Carlos María de Castro manejaron con soltura ambas especialidades. Supieron unir en sus propuestas la ambición de trabajar por la ciudad futura». Refiriéndose, como es sabido, a los urbanistas artífices de los ensanches de Barcelona y Madrid, respectivamente.

Las ciudades de Europa se envejecen y su futuro no estribará en un significativo crecimiento. Ezquiaga postuló que «en el diseño urbano debemos mirar hacia el interior, hacia la rehabilitación de la ciudad existente».

Arcadio Gil, presidente del Comité ‘Ciudad, Patrimonio y Cultura’ del Colegio de Caminos, expuso que «no se ha prestado suficiente atención a criterios de implantación adecuada para dotaciones y equipamientos de gran tamaño». Sostuvo que los usos y actividades comerciales, recreativas, sanitarias, educativas y culturales juegan «un papel decisivo en la satisfacción del ciudadano». Requerimos planificación a largo plazo, previsión de infraestructuras y una intensa colaboración pública-privada para cumplir los objetivos de la Agenda 2030. Finalmente, Arcadio Gil enfatizó que «se deberán poner en marcha mecanismos de usos mixtos, de regeneración de la trama deteriorada y de recuperación del patrimonio».

Estrategias

Dolores Ortiz, Subdirectora General de Desarrollo Urbano en Ministerio de Hacienda y Función Publica aportó la ‘nota dulce’ que representan las ayudas de la Unión Europea. Hay obligación de invertir al menos un 5 % de los Fondos Feder en el desarrollo urbano. En nuestro país, para el período 2014-2020 se van a dedicar un total de 1.013 millones de euros a la denominada Estrategia DUSI (Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado).Ante el éxito, se han añadido 353 millones de euros en tercera convocatoria para dicha Estrategia. En palabras de Dolores Ortiz, es «muy positivo que las ciudades y muchos municipios pequeños de España hayan replanteado su modelo de desarrollo urbano».

El arquitecto Carlos Lahoz lanzó varios temas en búsqueda de una estrategia. La tecnología está cambiando nuestros hábitos y costumbres. Internet y sus imágenes, unido a la reducción de costes, nos invitan a viajar. ¿Es o no acaso Airbnb fruto de la mencionada tecnología?

El comercio electrónico condiciona el futuro de los centros comerciales. La desaparición de muchos de ellos en los Estados Unidos arroja imágenes de lugares decrépitos que invitan a reflexionar. ¿Qué se hará con ellos? ¿Qué sucederá en Europa? La logística, sin embargo, tiene especial pujanza como es lógico.

«Las nuevas formas de movilidad inducidas por la tecnología darán lugar a un escaso uso del vehículo privado. El vehículo compartido reducirá la necesidad de aparcamientos» apunta Carlos Lahoz.

Acciones

La arquitecta, profesora y experta en paisajismo Miriam García relató los efectos del huracán Katrina en la ciudad de Nueva Orleans, del huracán Sandy en Nueva York y las medidas urbanas que se llevaron a cabo. Aplicó su conocimiento de las dinámicas de las ciudades expuestas al mar, de los conocimientos de deltas, a nuestro país. Miriam García afirma que cada vez tienen más importancia las medidas no estructurales. Es decir, «concertación, coordinación, educación y revertir con medidas basadas en procesos naturales el impacto que tiene la ciudad en el territorio que ocupa».
Como compañero de diálogo tuvo al ingeniero de Caminos Pablo Otaola, figura unida a la transformación de Bilbao. Entre 1993 y 2000 fue director general de Bilbao Ría 2000, sociedad de capital público para la recuperación del Bilbao metropolitano mediante actuaciones que conjugan urbanismo, transporte y medio ambiente. Desde junio de 2004 es el gerente de la Comisión Gestora de Zorrotzaurre, un ente público-privado encargado del desarrollo urbanístico de la que será una futura isla en la Ría de Bilbao.

El urbanista Otaola considera fundamental la participación ciudadana, aunque cree que todavía no funciona de manera adecuada. Lanzó la pregunta: «¿cuál creéis que hubiese sido la respuesta si se hubiese preguntado a los bilbaínos si querían construir el Guggenheim?»  Y más difícil: «¿qué se hubiese dicho ante la construcción del metro de Bilbao?». Seguro que la respuesta hubiera sido que no. El ingeniero defiende, por lo tanto, diferente peso para la decisión a políticos, técnicos y ciudadanos en función del proyecto. A nivel de barrio se debe valorar más la opinión de los vecinos.

Bilbao es ejemplo paradigmático de que las administraciones se pueden poner de acuerdo para mejorar la ciudad, para repensarla y, también, del buen trabajo conjunto de técnicos, fundamentalmente arquitectos e ingenieros. Proyectos como este, deben ser fuente de inspiración para trabajar la ciudad futura.

Vivienda inspirada y con vistas al lago Zurich

Espectacular casa inspirada en el lago Zurich, «Les iba mandando fotos y me contestaban si les gustaba el estilo», noticia sacada del periódico El Mundo.

Vía móvil. «Les iba mandando fotos y me contestaban si les gustaba el estilo. El 95% del proyecto lo confirmamos gracias a Whatsapp». El teléfono de la arquitecto e interiorista Laura Gärna bastó para cerrar un proyecto de decoración integral. «Mis clientes estaban de veraneo y es cierto que ya me conocían, porque les he hecho varios trabajos», reconoce.

Su dispositivo fue suficiente para decorar la última residencia de un matrimonio con tres niños pequeños, una vivienda de 350 metros cuadrados con vistas al lago de Zurich (Suiza). En una ciudad donde predominan los edificios «de arquitectura muy fría, gris», los clientes buscaban un «hogar cálido», semejante al que poseen en Madrid, también firmado por Gärna Studio (calle Velázquez, 90, bajo).

En un primer momento, la familia intentó replicar este estilo comprando ellos mismos los muebles en la ciudad suiza. Pero no encontraron nada de su gusto: «En general, el mobiliario que se vende en el país tiene un diseño muy impersonal y en tonos apagados y muy neutros», revela Gärna. Al final, le entregaron a la interiorista la casa prácticamente vacía. «Tan sólo he tenido que integrar en la decoración tres muebles: un sofá, la cama de la habitación principal y unas mesitas de noche», admite.

Terraza para todo el año

La casa, una planta baja en un edificio de tres alturas que ocupan también otras dos viviendas, destaca por tener «unas vistas espectaculares al lago de Zurich». Una panorámica privilegiada que marca la decoración de la propiedad. Según declara la autora de la obra, los colores elegidos reflejan la paleta cromática del entorno que lo rodea: «Utilicé sobre todo la gama de azules, de turquesas…, tonos vivos para darle más luz a la vivienda«.

Para llenar de «alegría, color y calor» a esta propiedad, «puse mucho papel pintado, hasta en los tres baños. Las texturas cálidas las aportan los cojines de piel, de pelo de conejo…», comenta.

El salón y los tres dormitorios de la propiedad -el principal y dos infantiles, uno masculino y otro «de princesa»- dan a una amplia terraza de 100 metros cuadrados sobre el lago. Un espacio al aire libre que la familia quería aprovechar también en invierno. Con este objetivo, está decorado con muebles de exterior y mantas de pelo, «como un apreski«.

La gran mayoría de las piezas que utiliza para vestir esta vivienda proceden de España. «Fue una cuestión económica. En Suiza es carísimo todo y de un diseño muy frío y tonos apagados. Llené dos camiones y trasladamos todo el material. Una vez allí, en tres días terminamos el proyecto por completo, incluida la iluminación y hasta con las cortinas colgadas», explica la interiorista.

Como punto de partida en todos sus trabajos, la arquitecto escoge una obra de arte. «Es la piedra angular de cada proyecto. Le aporta el alma», revela, «y les justifico a mis clientes que es una inversión de futuro». El resto de la decoración baila a su son.

«Teniendo siempre en mente las vistas de esta vivienda, aposté por un cuadro del artista español Ismael Lagares«, comenta. Una obra en tonos turquesas que protagoniza la decoración del salón comedor, con cocina integrada. A la hora de elegir una obra, la experta reconoce «ser coleccionista», pero también apostar por las nuevas firmas de artistas emergentes.

El estilo de la interiorista mezcla, en «proporciones iguales, los muebles contemporáneos y antiguos» e integra en la decoración las piezas que aporte el propietario. Siempre teniendo en cuenta los gustos y preferencias de los dueños, afirma que la mayoría de sus clientes se dejan aconsejar y guiar.

¿Quién paga en una casa alquilada si hay desperfectos?

Nadie piensa en la posibilidad de que se produzca un incendio, entren a robar sus pertenencias o reviente una tubería. Hasta que ocurre. Es entonces cuando llegan las preocupaciones. ¿Quién se hace cargo? ¿Tengo, como inquilino, alguna responsabilidad? … Noticia sacada del periódico El Mundo.

Cada año se producen más de cinco millones de siniestros en las viviendas españolas, lo que equivale a 1.250 millones de euros en reparaciones, y más del 20% de ocurren en viviendas de alquiler. Los problemas provocados por daños por agua (en el 36,8% de los casos), seguidos por las roturas de cristales (21%), los robos (12,3%) y los desperfectos eléctricos (7,9%) son los más habituales en los hogares alquilados.

Así se desprende de la Radiografía de la siniestralidad de los inmuebles arrendados en España, elaborada por la correduría de seguros Arrenta Quarto Pilar. El informe también desvela que, aunque con menor incidencia, son comunes las averías (4,4%) o problemas con cerraduras (3,5%).

Cobertura

Pero, ¿qué cubre el seguro del propietario? En caso de que el casero tenga un seguro de hogar -no es obligatorio a no ser que la vivienda esté hipotecada- lo más común es que proteja frente a posibles siniestros que dañen el continente de la vivienda, es decir, los elementos constructivos de la misma (paredes, tuberías, suelos, techos, etc) y su responsabilidad civil con terceros.

Así, la aseguradora se hará cargo de los daños que puedan producirse en casa de los vecinos si se rompe una tubería de la vivienda o si se desprende una cornisa de la ventana y cae accidentalmente sobre alguien. «El inquilino no lo sabe, pero los propietarios no suelen cubrir el contenido de la vivienda. Es decir, toda su ropa, muebles, joyas, dinero o tecnología está totalmente desprotegida si entran a robar o se produce cualquier percance», desvela Larraitz Berasategui, directora de Siniestros Diversos de la correduría de seguros Aon.

Asimismo, hay que tener especial cuidado con los descuidos, pues en caso de que se produzca una desgracia porque el inquilino se deje un grifo abierto o se prenda fuego la cocina por un cigarro mal apagado, aunque en un primer momento la póliza del propietario arregle los daños ocurridos, lo más común es que «el inquilino reciba una llamada del seguro a posteriori exigiéndole responsabilidades económicas», recalca Elvira Lacalle, responsable de la Práctica de Real Estate de Marsh España.

«Lo establece el Código Civil: el que por acción u omisión cause daño a otro, está obligado a reparar el daño causado», aclara.

Seguridad para el inquilino

Para que los habitantes de la vivienda estén protegidos, lo ideal es, según coinciden los expertos, que contraten un seguro de hogar para inquilino, un producto lanzado por las aseguradoras que cubre, por lo general, sus bienes personales y su responsabilidad civil en caso de que el siniestro se produzca por culpa suya.

Sin embargo, la penetración de este tipo de pólizas en España todavía es incipiente. Según una investigación que Caser Seguros realizó en 2016, cuatro de cada diez inquilinos habita en una vivienda de alquiler que no tiene ningún seguro de hogar y, de ellos, un 58% no es consciente de estar en riesgo.

«Hay poca demanda porque desconocen que no están protegidos y que el propietario no tiene obligación de contratar un seguro para la vivienda», explica Ramón Nadal, director de Seguros Generales de Caser.

La escasa implantación de estos productos se explica porque la cultura del alquiler en España todavía es incipiente y, «por lo general, son los jóvenes los que se independizan en viviendas arrendadas», un perfil que no coincide con el del consumidor medio de seguros en España, que «nace a partir de los 32 años», destaca Álvaro Díez, director de Marketing Estratégico de Multiasistencia.

En un contexto como este, Díez hace hincapié en que es esencial, a la hora de buscar un piso de alquiler, interesarse por si el propietario tiene póliza de hogar y descartar los inmuebles que no estén asegurados.

«Está empezando a darse un caso curioso: el propietario exige al inquilino que para arrendar la vivienda se contrate su propio seguro como condición indispensable», añade Álvaro Martín, director de Colocación de Riesgos de Marsh España. Según expone, fruto del auge del alquiler, también es cada vez más común que el dueño de la vivienda contrate una póliza para cubrir los riesgos de impago y la defensa jurídica en caso de que se produzca algún percance en la vivienda, un gasto que, en muchos casos, «lo repercuten en la renta de la vivienda».